El desafío del liderazgo

Cómo hacer realidad cosas extraordinarias en una organización

James M. Kouzes y Barry Z. Posner

Reseña

El liderazgo es una relación, no una práctica en solitario. El ejemplo que dan los líderes tiene un impacto crucial en sus equipos y en la organización, lo que puede inclinar la balanza hacia el éxito… o el fracaso. En esta detallada y bien estructurada guía –la sexta edición por el trigésimo aniversario de su primera publicación– los expertos en liderazgo James M. Kouzes y Barry Z. Posner presentan un manual para desarrollar un liderazgo ejemplar. Con un estilo interesante y didáctico, un lenguaje claro y accesible –y muchos ejemplos nuevos– los autores ofrecen reflexiones, consejos y prácticas que le ayudarán a comprender y a poner en marcha lo que se necesita para contribuir, mediante su liderazgo ejemplar, a realizar cosas extraordinarias en su organización. getAbstract considera que esta guía práctica le será de utilidad a toda persona interesada en convertirse en un mejor líder para sí, su equipo y su organización para lograr cosas extraordinarias. 

En este resumen usted aprenderá

  • Qué es el liderazgo ejemplar;
  • Cuáles son las cuatro características de un líder ejemplar y
  • Cuáles son las cinco prácticas y los 10 compromisos que usted puede aplicar para desarrollar un liderazgo ejemplar.

Ideas fundamentales

  • El liderazgo es una relación entre el líder y su equipo, no una práctica individual. Por ello, el ejemplo del líder es clave para el éxito colectivo.
  • Las cuatro características de un líder ejemplar son: honestidad, competencia, motivación y ser una persona visionaria.
  • El liderazgo ejemplar o extraordinario se integra por cinco prácticas: 1) demostrar cómo hacerlo; 2) inspirar visiones compartidas; 3) cuestionar los procesos; 4) dar espacio para que los demás actúen, y 5) motivar los ánimos.
  • Un líder ejemplar guía sus actos por sus valores, que promueven el bien común.
  • Pone el ejemplo al actuar con coherencia en función de los valores compartidos y tiene una visión estimulante y honorable del porvenir.
  • El líder ejemplar motiva a los otros a sumarse a construir una visión colectiva, tomando en cuenta las aspiraciones de los demás.
  • Busca oportunidades de manera proactiva, novedosa, y se atreve a experimentar y tomar riesgos calculados que generen, de manera constante, pequeños éxitos y experiencias de aprendizaje.
  • Fomenta un clima de confianza y bienestar que motiva la colaboración.
  • El líder ejemplar fortalece la autonomía de las personas, fomenta el desarrollo de competencias y reconoce públicamente las contribuciones de los demás.
  • También honra los valores y celebra los éxitos para fortalecer el sentido de comunidad.

Resumen

Una organización extraordinaria

El liderazgo es, a fin de cuentas, una relación, no una práctica en solitario. Los líderes movilizan a sus equipos en torno a un objetivo. Por ello, la manera en que se comportan tiene un profundo impacto en ellos y en la organización en general; pueden influir en el compromiso, el desempeño y la motivación de los empleados, y contribuir así al éxito de la organización. Para que dicho impacto sea positivo, la relación de liderazgo debe basarse no el miedo y la desconfianza, sino en el respeto mutuo y la confianza. Esto marca la diferencia para salir de lo ordinario y lograr lo extraordinario.

Las cuatro características de un buen líder y la importancia de la credibilidad

Liderar no es una cualidad extraordinaria que depende de la personalidad, sino del comportamiento. Es un conjunto de capacidades y habilidades que se pueden desarrollar. Las cuatro principales características que hacen que las personas consideren que alguien es un buen líder son las siguientes:

  1. Ser una persona honesta – Ser impecable en su integridad, en coherencia con los valores y la ética que expresa y que lo guían.
  2. Ser competente – Tener experiencia y ser capaz de hacer que las cosas se lleven a la práctica de manera eficaz. No se trata de ser una persona experta en todo, sino de saber plantear las preguntas adecuadas y convocar a los expertos adecuados para que brinden asesoría o apoyo.
  3. Tener la capacidad de motivar – Estar motivado, tener un enfoque positivo sobre el futuro y saber comunicarlo de manera que anime a los demás a trabajar en conjunto para lograr un objetivo.
  4. Ser visionario – Tener  definida cuál es la orientación al futuro y una imagen clara de cómo se imagina tal futuro en el corto, mediano y largo plazos.

“Los líderes ejemplares son visionarios (…) Imaginan que lo extraordinario es posible y que algo honorable puede emerger de lo ordinario”.

La credibilidad es la base que sustenta el liderazgo. Para ello, el líder debe tener claros sus valores, actuar de manera consecuente, creer en sí mismo y saber proyectar tal seguridad de forma que motive a que los demás lo sigan. 

Cinco prácticas y 10 compromisos

Cuando los líderes logran algo extraordinario en sus organizaciones, ponen en acción las “Cinco Prácticas del Liderazgo Ejemplar®”: 1) demostrar cómo hacerlo; 2) inspirar visiones compartidas; 3) hacer un ejercicio de cuestionamiento sobre el proceso; 4) dar espacio para que los demás actúen, y 5) motivar los ánimos. Diversas investigaciones han comprobado que los líderes que aplican estas cinco prácticas son más eficaces que aquellos que no. Los resultados se traducen, por ejemplo, en aumentar el desempeño de los equipos; generar más ventas y mejorar la satisfacción y lealtad del cliente; reducir el absentismo, la rotación de personal e impactar positivamente en el rendimiento de contratación.

“La gente sencillamente no confiará en un líder que no defienda o viva según un claro conjunto de valores, normas y principios éticos”.

Las “Cinco Prácticas del Liderazgo Ejemplar®” las conforman un conjunto de comportamientos y acciones para que los líderes logren hacer cosas extraordinarias dentro de su organización. Los diez compromisos del liderazgo ejemplar son:

  1. Establecer claramente los valores propios y afirmar los valores que se comparten.
  2. Poner el ejemplo al actuar con coherencia en función de los valores compartidos.
  3. Visualizar un porvenir estimulante, ennoblecedor.
  4. Motivar a los otros a sumarse a la construcción de una visión colectiva, con base en aspiraciones en común.
  5. Buscar oportunidades de manera proactiva, novedosa.
  6. Atreverse a experimentar y tomar riesgos calculados que generen, de manera constante, pequeños éxitos y experiencias de aprendizaje.
  7. Fomentar un clima de confianza que motive la colaboración.
  8. Apoderar a las personas mediante el fortalecimiento de su autonomía y fomentar el desarrollo de sus competencias.
  9. Reconocer las contribuciones y la excelencia de los demás.
  10. Honrar los valores y celebrar los éxitos para construir un sentido de comunidad sólido.

Práctica 1. Ser ejemplar: “Demuestra cómo hacerlo”

Un buen líder tiene claros sus valores y los comunica con un estilo propio, genuino, que ha desarrollado con base en sus experiencias. Los valores son las creencias que tiene sobre lo que aspira a conseguir y la manera para conseguirlo. Asimismo, el líder debe asegurarse de que estos valores estén alineados con los de todo el equipo, de manera que se construyan valores comunes. Esto ayuda a que la gente encuentre un sentido a su trabajo como miembros de un equipo.

“Para seguir a un líder voluntariamente, la gente necesita confiar en su palabra, ver que personalmente siente pasión y entusiasmo por su trabajo y saber que cuenta con el conocimiento y las habilidades para liderar”.

Un aspecto importante del papel de un líder es poner el ejemplo. Asegúrese que haya coherencia entre los valores que predica y sus actos. En este sentido, la principal señal que un líder da a su equipo sobre lo que es importante radica en el tiempo y la atención que el líder dedica a algo. Para verificar si la coherencia y la credibilidad de sus actos están siendo percibidos de manera efectiva, es crucial que el líder conozca las opiniones de su equipo, escuche sus sugerencias y que las incorpore en su toma de decisiones. El líder también debe estar consciente de que su desempeño será juzgado al exterior en función de la coherencia que su equipo despliegue en relación con los valores compartidos. Un líder es también un maestro. Por ello, debe aprovechar tanto los éxitos como los “incidentes críticos” como oportunidades de aprendizaje y reflexión colectiva.

Práctica 2. Ser visionario: “Inspira una visión compartida”

Una función central del líder radica en su capacidad para visualizar claramente un porvenir deseado. En este sentido, el rol de la visión para una organización es dar orientación a la energía de las personas. Para ello, el líder debe poder comunicar de manera eficaz esta visión de manera estimulante, de manera que se convierta en una visión compartida con todas las personas involucradas. Una visión compartida no es algo que se impulsa verticalmente desde arriba. Por esta razón, de nuevo es importante escuchar y tomar en cuenta también sus pasiones, aspiraciones y sueños. Para crear una visión compartida, primero hay que reflexionar sobre las experiencias pasadas para destilar los aprendizajes que de estas se desprenden; a continuación, centrarse en analizar el presente y, finalmente, generar una proyección sobre el futuro.

“Ten en cuenta que las ideas más innovadoras no suelen ser las tuyas ni las de tu organización. Están en otro sitio, y los mejores líderes buscan a su alrededor para encontrar los lugares donde se esconden las ideas rompedoras”.

Es importante que la visión compartida sea una causa suficientemente significativa para mantener la cohesión de grupo a lo largo de los años; debe hacer una diferencia en la vida de las personas. Con el fin de construir una visión en común, hay que atraer a los demás para que se sumen a un sueño compartido. Hay que generar un terreno en común; esto se logra conectando con lo que es importante para los demás y encontrando maneras creativas de integrarlo a la visión que guía hacia el futuro, siempre de manera coherente y consistente con los valores fundamentales que guían a la organización. Para ello, el líder puede proponer metáforas, imágenes y símbolos que generen emociones entusiastas sobre la visión común, para reconocer y validar la importancia de las emociones de los participantes. Asimismo, cada persona involucrada debe saber por qué su producto o servicio es especial, ya que ello debe convertirse en su motor de motivación.

Práctica 3. Ejercer la crítica constructiva: “Cuestiona el proceso”

Para lograr cosas extraordinarias, un líder debe ser proactivo, estar siempre en busca de la oportunidad y ser receptivo a detectar ideas donde sea y de quien sea. Por ello, debe estar informado sobre el panorama artístico, político, tecnológico y económico, entre otras áreas. Liderazgo, innovación y cambio pueden ser sinónimos; por lo tanto, un líder deben cuestionar los procesos, preguntar qué da sentido a su quehacer y buscar maneras novedosas de mejorar. Asimismo, el líder debe asegurarse de que todos los involucrados comprendan con claridad tanto el significado como el propósito del cambio, así como los pasos proyectados para lograrlo y el lugar específico que el quehacer propio y el de los otros ocupa en dicha tarea. Hay que dividir las grandes metas en pasos y tareas alcanzables, marcar objetivos al corto plazo y apostar por dar pasos pequeños pero que puedan brindar resultados o aprendizajes significativos, por ejemplo, a través de proyectos piloto, experimentos y pruebas beta, entre otros.

“No hace falta que cambies la historia, pero sí que tienes que dejar de pensar por inercia. Tienes que ser proactivo: invita y crea constantemente nuevas iniciativas”.

Otro elemento importante para lograr un liderazgo extraordinario es aprender a abrazar el riesgo de manera calculada y atreverse a experimentar. Hay que tener presente que, al probar algo nuevo, siempre debe haber un margen para el error e, incluso, para el fracaso, lo cual es una oportunidad de aprendizaje. Por esa razón, nunca debe castigarse a nadie por cometer errores; por el contrario, para generar condiciones propicias para la experimentación, hay que fomentar un ambiente de seguridad con base en una comunicación altamente eficaz entre los involucrados en todos los niveles. En este sentido, es crucial hacer preguntas, escuchar otras perspectivas, buscar asesoría y crear espacios para que la gente pueda aprender de sus experiencias y transmitir las lecciones aprendidas a los demás. Los líderes deben también estar atentos de aprovechar las “pequeñas victorias” que se logren a lo largo de un proceso para destilar los aprendizajes que ayuden a promover que las cosas avancen en la dirección deseada.

Práctica 4. Dar espacio: “Permite que otros actúen”

Un fundamento del liderazgo extraordinario descansa en la creación de un sentido de responsabilidad y de creación compartidas. Por ello, es necesario motivar la colaboración, una competencia clave para lograr un alto rendimiento sostenido. Los líderes deben fomentar las relaciones colaborativas en sus equipos y un clima de confianza para todos los involucrados, y que abone el camino para las relaciones a largo plazo es un elemento crucial para ello. Procure que la cooperación se base en un sentido de dependencia mutua entre los participantes, que todos sepan que se necesitan entre sí para triunfar. Hay que desarrollar una cultura de compartir información y conocimientos de manera libre entre las partes implicadas, lo que incluye también los intereses y necesidades del equipo. Un líder extraordinario se esfuerza por encontrar formas para que la gente se conozca “cara a cara”, si las condiciones lo permiten. El liderazgo es una relación de mutualidad: la persona que lidera le demuestra a su equipo que pueden confiar en ella, les demuestra su confianza en el equipo y que tiene genuino interés por conocerlos, saber cuáles son sus problemas, así como sus aspiraciones y anhelos.

“Las situaciones de liderazgo más eficaces son aquellas en las que cada miembro del equipo confía en los demás. Cuando la confianza es la norma, las decisiones se toman rápidamente y de forma eficiente, la innovación es mayor y la rentabilidad aumenta”.

Otra tarea clave del liderazgo excepcional es reforzar o empoderar a los otros; es decir, contribuir al proceso de convertirlos en líderes, al ayudar a las personas a reforzar su capacidad de pensar por sí mismas y actuar por su propia iniciativa, dejarlos decidir cómo realizar su trabajo y cómo atender a sus clientes. Esto se logra haciendo más preguntas que dando respuestas para fomentar que apliquen su criterio y su capacidad para tomar decisiones, dar espacio para que ofrezcan ideas y alternativas sobre la manera en que se hacen las cosas, y promover el sentido de responsabilidad y la rendición de cuentas. Para ello, es crucial garantizar que tengan acceso continuo a la información y capacitación que les permita desarrollarse. Así, se genera un círculo virtuoso en el que el líder otorga más poder y responsabilidades a sus colaboradores, a medida que demuestran avances positivos.

Práctica 5. Fortalecer los ánimos: “Alienta el corazón”

“Alentar el corazón” significa reconocer y celebrar públicamente la excelencia individual y grupal. Un líder ejemplar conoce el poder de las personas comunes para lograr cosas extraordinarias. Se implica tanto en el festejo de los reconocimientos como en los momentos difíciles de la vida. También se asegura de que el trabajo se desarrolle en un ambiente de alegría y bienestar. Comunica sus expectativas de manera clara y periódica, da evaluaciones claras y retroalimentación constructiva. Además de expresar su reconocimiento dentro de los marcos institucionales, es creativo para dar agradecimientos, siempre con conocimiento de lo que resulta social y culturalmente adecuado en cada contexto.

El liderazgo excepcional

Un profundo autoconocimiento, el amor por lo que se hace, la voluntad de mejora constante, la capacidad de llevar a la práctica los valores de manera coherente y visionaria, la modestia, la humildad de reconocer que todo logro siempre es resultado de un trabajo colectivo son elementos clave para desarrollar el liderazgo excepcional. Todo ello contribuye a hacer realidad que ocurran cosas extraordinarias en una organización.

Sobre los autores

Jim Kouzes es miembro ejecutivo de Liderazgo de la Escuela Leavey de Negocios de la Universidad de Santa Clara. Barry Posner es catedrático de Liderazgo de la Escuela Leavey de Negocios de la Universidad de Santa Clara. Galardonados internacionalmente, juntos han publicado más de una docena de libros sobre liderazgo.

Fuente: www.getabstract.com