Guías HBR: Finanzas Básicas

Domina el lenguaje. Decide con datos. Gestiona correctamente


Reseña

Evaluar constantemente el desempeño de una empresa es indispensable. El mundo de las finanzas ofrece diferentes tipos de documentos y herramientas que ayudan a realizar esta tarea, además de que apoyan a los directivos en la toma de decisiones y a desarrollar una mejor gestión de la compañía. Esta guía, compilada por Harvard Business Review y escrita por más de diez autores, todos especialistas en su materia, brinda una base para comprender el lenguaje de las finanzas y algunas herramientas para evaluar el desempeño de una empresa. getAbstract considera que esta obra puede resultar de interés para directivos y ejecutivos empresariales que deseen detonar sus conocimientos en el plano financiero.

Ideas fundamentales

  • Entrar a las finanzas implica conocer su lenguaje, comprender los estados financieros, emplear sus herramientas básicas y gestionar los recursos adecuadamente.
  • Los estados financieros más importantes son el balance de situación, el estado de flujo de caja y la cuenta de resultados.
  • Un empresario visionario conoce y comprende el crecimiento, la rentabilidad de activos y la generación de activos.
  • Las mejores decisiones en la gestión empresarial son resultado de un buen manejo del balance de situación, el estado de flujo de caja y la cuenta de resultados.
  • Es importante distinguir el beneficio del efectivo. El primero surge con las ventas, mientras que el segundo puede provenir de créditos o inversiones.
  • Es indispensable evaluar cada nueva inversión considerando la rentabilidad que esta puede generar.
  • Los números pueden mentir o no ser del todo precisos; así, no hay que confiar plenamente en ellos.
  • Ningún estado financiero refleja del todo la realidad. Por ello, hay que considerar los factores externos y otros aspectos no financieros.
  • No hay que evaluar el desempeño de una empresa respecto a su rendimiento pasado; hay que valorar la gestión presente y las perspectivas a futuro.
  • Cualquier organización está expuesta a que alguien manipule los números.

Resumen

El ámbito financiero

Es común que los directivos corporativos no manejen el lenguaje de las finanzas o lo hagan de manera limitada. En “una muestra representativa de directivos estadounidenses, la puntuación media fue sólo del 38%”. Así que no hay que temer al desconocimiento del ámbito financiero; hay que enfrentarlo. En principio hay que entender y comprender los conceptos fundamentales, así como los tres tipos principales de estados financieros. Después, hay que conocer y emplear las herramientas básicas del mundo financiero para la toma de decisiones. Finalmente, hay que estar alerta para gestionar adecuadamente, según las circunstancias y acorde con la ciencia y el arte de las finanzas.

Los tres principales tipos de estados financieros

Los estados financieros más importantes de una empresa son tres: “el balance de situación”, “el estado de flujo de caja” y “la cuenta de resultados”, que sirven para analizar la situación de una empresa desde diferentes perspectivas. Proveedores y entidades financieras valoran la solvencia; los accionistas los emplean para analizar cómo se gestiona su inversión; los inversores externos pueden vislumbrar a través de ellos posibilidades, y para los ejecutivos, valoran el comportamiento de la empresa, así como los ámbitos en que se debe actuar.

“Ciertamente las finanzas son una ciencia, pero también son un arte, y cuando utilices sus herramientas tendrás que entender siempre el contexto en el que se inscribe lo que estás haciendo”.

El “balance de situación” muestra un momento específico de la organización y refleja la situación del patrimonio, los activos y pasivos. “La cuenta de resultados” indica el monto de ganancia o pérdida de una empresa a lo largo de un mes, bimestre, semestre o año. “El estado de flujo de caja” señala el origen y destino del efectivo.

Leyes para los negocios

Ram Charan, autor de What the CEO Wants You to Know, opina que es posible evaluar cualquier empresa si se cuenta con una visión completa de la misma y se manejan ciertas herramientas financieras básicas. Un empresario con visión es alguien que comprende los mecanismos y los elementos que hacen que un negocio genere dinero. Los referentes para valorar esta generación de recursos son el crecimiento, la rentabilidad de activos y la generación de efectivo.

  • “Crecimiento” – Que las ventas crezcan no siempre es una buena señal. Es fundamental considerar el beneficio para la empresa, todo crecimiento debe ser sostenido y rentable.
  • “Generación de efectivo” – El efectivo es lo que hace posible la operación de una empresa. No importa cuánto crezcan los ingresos ni qué tan rentables sean los activos: si no hay liquidez, o si ésta disminuye, habrá problemas. Generar efectivo es resultado de la diferencia entre el efectivo que se gasta y el que ingresa durante un periodo. Es importante diferenciar esta cifra de los movimientos que hay en la caja, porque ahí se consideran los créditos que da la empresa y también los que recibe. También debe vigilar cómo se genera el efectivo de una empresa, en qué se gasta y si es suficiente, además de los motivos de que no alcance, si este es el caso.
  • “Rentabilidad sobre activos” – Es el resultado de dividir el beneficio neto de una empresa entre el valor medio de los activos que posee durante cierto tiempo. Se expresa en un porcentaje y señala qué tan buen uso hace la compañía de todos sus activos para generar dinero.

“El balance de situación, la cuenta de resultados y el estado de flujo de caja ofrecen tres perspectivas del desempeño financiero de una compañía”.

Para Charan, estos conceptos, aunados a un enfoque centrado en el cliente, forman la base de un negocio.

La toma de buenas decisiones

Todo directivo es responsable de tomar las decisiones adecuadas para que la organización alcance sus metas financieras. Para ello debe gestionar los tres estados financieros más importantes de la empresa: “el balance de situación”, “el estado de flujo de caja” y “la cuenta de resultados”. Una gestión ideal depende de la consideración de algunos aspectos importantes, entre los cuales están:

  • Uso adecuado de los estados financieros – La salud financiera de una compañía puede determinarse con el análisis de sus estados financieros. Esto implica un aprendizaje profundo de diversos aspectos a considerar. Sin embargo, es posible delinear algunos consejos básicos, por ejemplo, comparar las finanzas con las de otras compañías para vislumbrar el contexto en el que se desenvuelve el negocio y determinar tendencias a partir de comparar los resultados presentes con los de años anteriores. Así, se pueden descubrir movimientos, caídas o estancamientos que sugieren estrategias a seguir y medidas urgentes. Asimismo, es útil redactar en prosa un análisis de los estados financieros y una descripción de los beneficios, de la gestión de activos o del movimiento de efectivo para “traducir” a frases comunes lo que se vislumbra a través de los números que arrojan las finanzas.
  • Aumentar beneficios – Es un indicador clave del desempeño de un directivo. Hay que tener cuidado de que la búsqueda de mayores ingresos no resulte al mismo tiempo en un freno para la rentabilidad global. Un ejemplo de ello es la inclusión de ofertas, marcas o clientes sin considerar el impacto que puede traer a la empresa, porque un exceso puede dificultar el rastreo de la efectividad de esos elementos. Algunas medidas para mejorar los beneficios de una empresa son analizar la rentabilidad de cada mercado y oferta, verificar que cada marca aporte ingresos significativos a la organización y combinar la producción, esto es, racionalizar las cuentas para emplear con eficiencia líneas de producción, centros de servicio y combinar el uso de las instalaciones.
  • Emplear los activos para impulsar el crecimiento – Mejorar la cadena de suministro para impulsar la renta del capital que se invierte es una medida útil, ya que en ocasiones estas cadenas implican un gasto elevado. Recortar activos es también una estrategia para superar a los competidores en cuanto a ingresos. Si una empresa desea mejorar la rentabilidad de su capital invertido, debe preguntarse: “¿Qué vendemos? ¿A quién se lo vendemos? ¿Cuál es la mejor manera de suministrar nuestras ofertas?” Es clave entender a los clientes porque de esto deriva anticipar los productos que les generarán satisfacción. Además, hay que calcular la estadística del progreso y vigilar el desempeño de proveedores, distribuidores y socios logísticos.
  • Vigilar la relación entre beneficio y efectivo – Un negocio con buena salud requiere de ambos, pero no hay que confundirlos. El efectivo tiene diferentes fuentes, puede provenir de inversiones o créditos, y entonces no forma parte de ganancia ni pérdida alguna. El beneficio nace cuando se obtienen ingresos, esto es, cuando se cierra una venta, por eso es reflejo de los compromisos de pago de la clientela.
  • Importancia de la liquidez – No basta con saber que la empresa tiene buena liquidez, es indispensable saber el origen de esta. No es lo mismo que todo se origine en ventas a que sea producto de inversiones o préstamos. El estado de flujo de caja indica qué sucede en la empresa, en qué dirección avanzan las cosas y a determinar qué es lo prioritario.
  • Balance de la situación – Las cuentas por cobrar son estratégicas para conocer el estado de una empresa, además hay que valorar el periodo medio de cobro, que es el tiempo que tardan en ser cubiertos esos pagos. De ello dependen la cantidad de dinero que la empresa requiere para operar mientras cobra. También es importante revisar las causas que pueden ocasionar una ampliación en el tiempo de pago de los clientes. A partir de esto es posible diseñar un plan de acción para acortar el periodo de cobro, lo cual se refleja en un mejor margen de maniobra para la organización. El otro aspecto importante de la situación de la empresa es el manejo de su inventario; no es fácil porque no siempre es bueno mantener el ritmo de producción si los productos se van a almacenar.
  • La rentabilidad sobre la inversión – Cada vez que se considera el desarrollo de un producto o cualquier alternativa de negocio es necesario estimar la rentabilidad que esta generará. Para ello hay que emplear algunos conceptos clave, por ejemplo: “plazo de recuperación”, que es el periodo en el que se recuperará todo lo invertido, idealmente entre cinco y siete años; “punto de equilibrio”, el momento en que son iguales los ingresos generados por la nueva inversión que los costos generados por ella; “flujo de caja descontado”, se obtiene mediante una fórmula que señala el valor del dinero recibido al día, porque no valen lo mismo 100 dólares hoy que en seis meses o un año. Hacer un buen análisis de la rentabilidad de una nueva inversión es clave para mostrar la generación de recursos que esta traerá a la organización.

“Tres medidas nos ofrecen una perspectiva global acerca de si una empresa está haciendo dinero y, en caso afirmativo, cómo lo hace: crecimiento, generación de efectivo y rentabilidad sobre activos”.

Existen otros aspectos a considerar, algunos se adaptan más al perfil de una u otra organización. La experiencia que un buen directivo adquiere le da la capacidad de distinguir lo que es clave para mejorar la salud de las finanzas de su empresa. Lo que definitivamente no cambiará es la atención y la cercanía con que se deben vigilar los números financieros de todo negocio.

Datos financieros

No basta conocer los fundamentos financieros para valorar adecuadamente una empresa; es preciso tener cuidado porque tampoco es recomendable confiar plenamente en los números. Aunque parezca lo contrario, el balance de situación y la cuenta de resultados pueden no ser precisos. Existen algunas estimaciones y decisiones que interfieren en lo que reflejan. No hay que olvidar tampoco que no todos los aspectos de un negocio se pueden traducir a números, y no por eso deben quedar fuera de un análisis de la situación financiera de una empresa.

Lo que no se ve

Merrill Lynch era una de las empresas más prestigiadas en Wall Street y en el año 2006 presentó resultados muy destacados que rompían récords por cuarto año consecutivo. El presidente de la compañía informó a los accionistas estos resultados y su lectura de la situación fue la de un futuro muy prometedor. En el 2007 Merril Lynch perdió ocho mil 600 millones de dólares. En el 2008 el Bank of America la adquirió y, en el 2009, desapareció como organismo independiente.

“La calidad de la toma de decisiones de los directivos es otro indicador de éxito avanzado”.

Es cierto que “las finanzas son el lenguaje de los negocios”; en este sentido, desconocerlas es estar fuera de la jugada y comprenderlas brinda ventajas para desarrollarse en el ámbito empresarial. Sin embargo, todo estado financiero refleja solo una parte de la realidad y puede ser una parte engañosa. Por eso es necesario estar atentos a otros factores ajenos al negocio o a la compañía y también a factores no financieros que pueden incidir rotundamente en la vida de la empresa. Algunos aspectos que están al margen de los estados financieros y pueden generar una lectura inadecuada son: los estados financieros, que pueden ser manipulados para maquillar la realidad; el valor actual en el mercado de inmuebles, terrenos y equipo, que no es considerado; el valor en conjunto de la empresa, que no es informado en los tres estados financieros básicos, y finalmente, no hay que olvidar que los estados financieros no recogen las actitudes de los clientes.

Las trampas en la medición del desempeño

La mejor evaluación del desempeño de una organización depende de no caer en excesos de confianza ni dar por hecho que los números reflejan todo. Evite estas trampas:

  1. “Trampa 1. Medirte con respecto a ti mismo” – No importa si hay mejoría respecto al desempeño de un período anterior, además, los números pueden estar alterados, lo mejor es considerar la comparación con la competencia. Es difícil conseguir datos de los rivales, pero vale la pena intentarlo, hay opciones y también profesionales que se dedican a ello.
  2. “Trampa 2. Mirar hacia atrás” – El referente importante está en el presente, mirar lo que se hizo antes pensando en mejorarlo no ayuda mucho. Es indispensable valorar las decisiones actuales y sus implicaciones en el futuro.
  3. “Trampa 3. Confiar en los números” – Existen múltiples factores que hacen que los datos obtenidos en evaluaciones sean de baja calidad, poco confiables.
  4. “Trampa 4. Manipular las medidas” – Es imposible evitar que alguna persona manipule datos. Ninguna organización está a salvo. La tentación de simular una mejoría en el desempeño es muy grande para quien sabe cómo hacerlo.
  5. “Trampa 5. Utilizar los mismos números demasiado” – Las empresas pequeñas suelen cometer este error. Es bueno comparar desempeño actual con pasado, pero conforme se consolida el negocio, lo importante debe ser el beneficio y el desempeño respecto a la competencia.

“Como suele decirse, gestionas lo que mides. Por desgracia, los sistemas de evaluación del desempeño pocas veces evolucionan tan rápido como los negocios”.

Evaluar el desempeño de una empresa es complejo. Es preciso el trabajo conjunto entre directivos de finanzas y jefes de línea, no será fácil pero sí traerá mejores resultados.

Sobre el autor

Harvard Business Review es una publicación dedicada a la investigación que se enfoca en empresas de todos los niveles. En esta edición reunió a una decena de consultores, profesores, emprendedores, así como dueños y directores de empresas internacionales.

Fuente: https://www.getabstract.com